martes, noviembre 29, 2011

ABUSOS DE LOS CONDES DE LEMOS EN EL BIERZO (1ª PARTE)

Castelo dos condes de Lemos en Ponferrada.



ABUSOS DE LOS CONDES DE LEMOS EN LA REGIÓN DE EL BIERZO
DURANTE LA BAJA EDAD MEDIA,
Por Xabier Lago Mestre.


La intervención de los sucesivos condes de Lemos en la región de El Bierzo es muy desconocida entre la ciudadanía. Los condes de Lemos tienen cierto prestigio por razón de su presencia en diversos castillos, casos de Corullón, Valboa, Pena Ramiro, Cornatelo o Ponferrada. Incluso el ayuntamiento de Ponferrada ha creado una fundación cultural en honor del conde Pedro Álvarez Osorio.

De ahí la necesidad de mostrar otra imagen de la presencia de los condes de Lemos en El Bierzo. En este caso nos referimos a la conflictividad provocada por esos grandes señores medievales. Dichos condes, durante la baja Edad Media, aprovecharon la mala coyuntura económica y política para ampliar su patrimonio territorial. La conflictividad afectó a todos los sectores sociales y tuvo diversas manifestaciones, lucha interseñorial (señores laicos, monasterio, obispados…), levantamiento irmandiño o guerras civiles por la sucesión en la Corona de Castilla.

CONFLICTIVIDAD INTERSEÑORIAL CONTRA EL MONASTERIO DE CARRACEDO.
El principal señor laico de El Bierzo fue el conde de Lemos y para mantener su hegemonía luchó contra el resto de señores de la región. Así aconteció con el monasterio de Carracedo. A título de ejemplo esclarecedor traemos el siguiente texto de este cenobio berciano, “experimentaron el Abad y Monges que el Conde de Lemus usurpó varias porciones de su terreno, introduciéndolas la Villa de Ponferrada en el suyo (…). Acreditó el Real Monasterio las fuerzas que el Conde, la Villa, sus vecinos y moradores le hicieron entrando y ocupando sus términos, lugares y vasallos, llevando sus rentas, pechos y penas, poniendo Juez y Merino, usurpando su señorío, y jurisdicción, obligando a los del Real Monasterio a llevar piedra, arena y madera para sus fortalezas, y cavar al redor, poniendo y quitando Abad, y no queriendo obedecer, pegaban fuego, quemaban las imágenes, prendando a los Monges, porque executasen lo que mandaban, y causándoles otros agravios, destrozando los vecinos de Ponferrada los términos, y mojones del Monasterio, mudando y quitando y colocándolos donde querían, sin poderlo resistir, defender, ni contradecir, por el justo temor de ser presos, muertos, rescatados, alanceados, desterrados sus Religiosos, o no acabasen de perder los bienes destos. Fue en efecto época muy desgraciada, y sólo la real presencia pudo pacificar, y precaver las funestas consecuencias de la deslealtad del conde de Lemus (…)” (Memorial del pleito de la devesa del Fabeiro, entre el monasterio de Carracedo y la villa de Ponferrada).


En esa relación de desmanes del conde de Lemos comprobamos como la villa señorial de Ponferrada sale beneficiada en la cuestión de la ampliación de sus términos territoriales. También se indica que el conde exigía serventías a los vasallos del monasterio. Las serventías consistías en la realización de trabajos manuales de balde a favor del señor, en este caso se concretaban en “llevar piedra, arena y madera para sus fortalezas y cavar al redor (…)”. El señor laico también se apropiaba, por razón de su fuerza coactiva, de “rentas, pechos y penas, poniendo juez y merino, usurpando su señorío y jurisdicción (…)” que pertenecían al poder propio del monasterio berciano.


Durante una revuelta de vasallos contra el monasterio de Carracedo, por razón del excesivo cobro de tributos señoriales, “algunos vecinos de los dichos logares se han sustraído e sustrahen de pagar al dicho monasterio lo que asy le deven o son obligados a pagar por rason de los dichos privilegios e de la dicha costumbre antygua. E han fecho e fasen ligas e monipodios para no pagar (…)” (año 1497). Los labriegos alegan que “somos muy agravyados de dicho abad que nos haze pagar los quartos y quintos de lo que coxemos en las rroturas de los montes bravos e concejiles de los dichos lugares”. Porque esos tributos tiene un carácter nuevo y no antiguo, “una nueva ymposición la qual puso en toda la tierra e comarca siendo señor de ella el conde de Lemos” (1502). Los vasallos solicitan a los Reyes que se suprima esta nueva imposición al igual que ya se hizo en otros territorios, a saber, marquesado de Villafranca, tierra de Arganza, o monasterio de S. Pedro de Montes y Santo Andrés de Espiñareda.


La falta de un poder real fuerte en la provincia de El Bierzo permitía al conde de Lemos imponer su peculiar interpretación del poder señorial. Esta dinámica de fuerza y justicia señorial tuvo su contrapunto con la derrota del conde de Lemos en Ponferrada (1486) y la implantación real del corregimiento en la misma villa (1487).

O Bierzo, novembro de 2011,
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